Emisión de agentes carcinógenos generados en el proceso de combustión
La mayoría de las sustancias peligrosas están etiquetadas e identificadas, pero también hay carcinógenos creados como subproducto durante un proceso de trabajo, los denominados carcinógenos generados por procesos (CGPs).
Dado que que los CGPs no suelen estar etiquetados ni se hace referencia a ellos en las fichas de datos de seguridad, deben ser objeto de una atención especial en la práctica de la seguridad y la salud en el trabajo, ya que millones de trabajadores en Europa están expuestos diariamente a ellos. Uno de los procesos que emiten CGPs es la combustión. La combustión es la reacción entre un combustible y un oxidante acompañada de la liberación de calor. Durante la combustión, se crean nuevas sustancias químicas a partir del combustible y del oxidante, lo que da lugar a gases de escape. En entornos profesionales, las sustancias cancerígenas (y otras sustancias peligrosas) se emiten tras la combustión y constituyen un peligro para los trabajadores. Ejemplos de situaciones laborales en las que se produce exposición a sustancias cancerígenas procedentes de la combustión son la soldadura (humos de soldadura) o la inhalación de gases de escape diésel.
¿Qué actividades dan lugar a emisiones?
Los humos se forman cuando se calienta un metal u otro material y sus vapores se condensan en partículas muy finas en el aire. Estos humos pueden liberarse al soldar, fundir, calentar, quemar y curar el material. Un motor en funcionamiento emite carbono y muchos otros elementos químicos, que contienen sustancias cancerígenas, pero la exposición puede seguir produciéndose cuando el motor está apagado en espacios con poca o ninguna ventilación.
Dónde se producen riesgos
Los procesos de combustión tienen lugar en una amplia variedad de industrias, como la transformación de metales, la construcción, los astilleros y las industrias del transporte. La exposición a las emisiones de los motores se produce en profesiones tales como mecánicos en talleres de autobuses y terminales de camiones, conductores de camiones, bomberos, trabajadores de la construcción, los operadores de carretillas elevadoras, personas que trabajan con fuentes de energía fijas como compresores,o generadores, trabajadores que cargan y descargan barcos o aviones, trabajadores del petróleo y el gas y trabajadores de cabinas de peaje.
¿Cuántos trabajadores están expuestos?
Se calcula que 3,6 millones de trabajadores en Europa están expuestos a emisiones de motores diésel. Además, millones de trabajadores de la UE están expuestos a humos que contienen metales cancerígenos como el plomo, el berilio, el cadmio y el níquel. La exposición al cromo (VI) tiene lugar al soldar acero inoxidable, aleaciones no ferrosas, revestimientos de cromato y algunos consumibles de soldadura. El número de trabajadores expuestos a compuestos de Cr (VI) en la UE se estima en 900.000. La soldadura de revestimientos (metálicos) y residuos también puede puede provocar la emisión de vapores tóxicos, como el cadmiado y los revestimientos plásticos.
Factores que influyen en la exposición
Los factores que influyen en la exposición de los trabajadores a los humos de combustión son el tipo de proceso, la composición del material que se está quemando, la ubicación (área o espacio confinado), el tipo de controles de ventilación (mecánicos o locales) y las prácticas de trabajo.
Efectos para la salud
La fuente del material que se quema determina el tipo de humo y, por tanto, el efecto sobre la salud. Las sustancias que aumentan el riesgo de cáncer son el cromo (pulmón); se sospecha que existe un mayor riesgo de cáncer para el níquel (pulmón, nasal), cadmio (pulmón, riñón, próstata), plomo (pulmón, estómago y vejiga urinaria), berilio (pulmón). Para obtener información detallada sobre los efectos para la salud de metales y materiales cancerígenos específicos, consulte las fichas informativas para sustancias individuales en el sitio web de la Hoja de ruta sobre carcinógenos: Emisiones de motores diésel y humos de soldadura.
¿Qué hacer?
Por lo general, los humos de combustión no se consideran peligrosos para la salud humana, por lo que debe prestarse especial atención al conocimiento de estas sustancias y a las medidas para mitigar reducir la exposición. Al igual que en el caso de cualquier otra sustancia química, debe realizarse una evaluación del riesgo de la exposición de los trabajadores a los humos de combustión (por ejemplo, emisiones de motores diésel o humo de soldadura). Formule, por ejemplo, las siguientes preguntas: ¿ Se liberan humos en zonas de trabajo cerradas? ¿Se adoptan medidas para reducir la exposición? ¿Informan los trabajadores de irritación de ojos o pulmones?
La mejor solución es minimizar los humos lo más cerca posible de la fuente, rediseñando el trabajo y reconsiderando las técnicas y materiales utilizados, por ejemplo, un soplete de soldadura con extracción. Si esto no funciona, la emisión debe controlarse en las inmediaciones de la fuente, por ejemplo utilizando sistemas de ventilación por extracción localizada. En https://www.dustfreeworking.tno.nl/ hay una gran variedad de buenas herramientas de extracción de humos.
Los equipos de protección respiratoria, diseñados para proteger al usuario de la inhalación de polvos, humos, vapores o gases nocivos, solo deben utilizarse como último recurso.